Sacerdotes Sin Vocación

Ángel llorando por los sacerdotes

Sacerdotes Sin Vocación

Iván de ExOpus, 16-X–2006

Publicado el 26-4-2008

ÍNDICE

1— Sobre Los Sacerdotes Del Opus Dei.

2—¿Qué Es Esa Divina Y Maravillosa Vocación Al Opus Dei Que Lleva A Rebajar Y Desvirtuar La Sacerdotal?

3—¿Cuál Es La Vocación De Los Sacerdotes Del Opus Dei?

4—El Fundador Del Opus Dei No Tuvo Vocación Sacerdotal

5—Resumen y conclusiones

—oOo—

1— Sobre Los Sacerdotes Del Opus Dei

El clero de la Prelatura, que está incardinado a ella, proviene de los laicos incorporados a la misma: no se substrae a las Iglesias locales ningún candidato al sacerdocio, diácono o presbítero. (Apartado I-B de la Declaración de la Sagrada Congregación de Obispos sobre la erección de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, de fecha 23 agosto 1982).

El Opus Dei para no substraer a las Iglesias locales de ningún candidato al sacerdocio rechaza la entrada en él de cualquier laico que tenga vocación sacerdotal. Dicho de otra manera, basta con que una persona exponga a los directores de la Obra que cree tener vocación sacerdotal, para que no se le proponga —ni se le permita— ser laico cooperador (orgánico) de la Prelatura (que según la Santa Sede es como se deberían llamar los numerarios, agregados o supernumerarios del Opus Dei).

Si para conceder la admisión en la Obra es necesario carecer de vocación sacerdotal, y el clero de la Prelatura, que está incardinado a ella, proviene de los laicos incorporados a la misma, entonces, ¿cómo se explica que después haya algunos de esos laicos que se ordenan sacerdotes?

¿Cómo se entiende que «todos los Numerarios y muchos Agregados están ordinariamente dispuestos […] a ser sacerdotes, si son invitados por el Padre» (Catecismo de la Obra, 5* ed, n. 44.)?

¿Cómo es posible que alguien que no tenía vocación al sacerdocio sea invitado por el Prelado del Opus Dei a que lo sea?

Se podría pensar que aquellos que se ordenan es porque han descubierto su vocación al sacerdocio «tardíamente». Pero no es así ya que el catecismo de la Obra dice taxativamente que no puede denominarse «vocación tardía» el caso de quienes se ordenan ya mayores, puesto que desde un principio están «todos los numerarios y muchos agregados» dispuestos a ordenarse.

A diferencia del resto de los seminaristas de la Iglesia, ningún numerario o agregado puede presentarse en el seminario del Opus Dei para ordenarse sacerdote sin que previamente el Prelado no le haya invitado a serlo.

Es incongruente que el Fundador de la Obra afirme que «para nosotros, el sacerdocio es una circunstancia, un accidente, porque la vocación de sacerdotes y laicos es la misma», para añadir después que «el sacerdocio es lo más grande que Dios puede dar a un alma» (Meditaciones V, pág. 478-479).

Los textos anteriormente vistos del fundador de la Obra forman parte de los documentos Internos del Opus Dei (secretos) que hábilmente no se incluyeron en el proceso de beatificación de san Josemaría… Si se hubieran incluido, yo me pregunto: ¿Habría sido beatificado?

Miguel Fisac nos cuenta:

Yo he conocido muy directamente, de entre los miembros del Opus Dei que convivían conmigo, la designación caprichosa ejercida por Mons. Escrivá de cuáles habrían de ordenarse sacerdotes y cuáles no. En una actitud como de juego y de negación de la libertad más elemental. De cómo algunos que tenían verdadero deseo de ser sacerdotes, como Fernando Valenciano y Vicente Rodríguez Casado no fueron nunca designados, y otros muchos, que al decirles que se iban a ordenar, les creaba una fuerte turbación espiritual. Muchos de ellos, fueron arrastrando esa turbación hasta que se salieron del Opus Dei y consiguieron pasar al estado laical. (Entrevista a Miguel Fisac, ODAN).

Para mostrar un ejemplo de alguien que fue ordenado sacerdote en la Obra sin vocación y por motivos ajenos al sacerdocio, cito un testimonio de María del Carmen Tapia recogido en su libro Tras el Umbral. Para su mejor comprensión lo explico someramente: las mujeres de la sede de Roma no conocían las labores de imprenta. Escrivá hizo que don Fernando Bayo se ordenara diácono (quien no tenía interés alguno en ser clérigo), para que las enseñara, ya que dominaba ese tipo de trabajo. Por supuesto que don Fernando podía haberlas instruido siendo laico, pero el Fundador degeneró el fin del sacerdocio (sin importarle además que quien lo recibía no tuviera vocación), antes de permitir que un laico se pusiera en contacto con las mujeres, aunque fuera sólo con fines docentes.

Aquí está el testimonio:

Ante nuestra mirada expectante, monseñor Escrivá, mirando a don Álvaro, nos dijo:

-Vamos a poner la sotana a uno de vuestros hermanos para que os enseñe cómo funciona la imprenta.

(…)

Llegaron las máquinas. Las metieron cuando nosotras no estábamos. Al llegar por la mañana estábamos como niños con juguetes nuevos.

Monseñor Escrivá vino con don Fernando Bayo, que nos repitió que «le habían ordenado diácono para que pudiera enseñarnos, pero que esto era una excepción en la Obra porque no habría diáconos». Naturalmente nos dijo que prestáramos mucha atención y que aprendiéramos pronto.

Cuando nos quedamos a solas con don Fernando, éste, que es vasco, nos miró entre divertido y con cara de asco, agarrándose la sotana, nos dijo:

–¡Me acaban de poner estas faldas para que os enseñe, o sea que ¡hala!, aprender rápido porque es lo que me faltaba en mi vida: ¡dejar mi estudio de pintura en Madrid a uno que no sabe ni agarrar un pincel, y vestirme de sotana para trabajar en la imprenta con mujeres!

Conclusiones

1—Para incorporarse al Opus Dei es necesario que el candidato no tenga vocación sacerdotal.

2—Sí alguien después de entrar en el Opus Dei descubre su vocación al sacerdocio no puede ingresar en su seminario a no ser que el Prelado se lo demande.

3—Cualquier numerario, sin vocación sacerdotal, debe estar dispuesto a ordenarse sacerdote si el Prelado se lo pide.

4—Con lo visto en el punto anterior, la doctrina oficial del Opus Dei se opone a la de la Iglesia, según la cuál, y en otras palabras contradictorias del Fundador de la Obra (cosa frecuente, pues es lo normal que en el Opus Dei se digan palabras completamente opuestas a lo que en realidad se vive dentro): «el sacerdocio es lo más grande que Dios puede dar a un alma» ó «la vocación de sacerdote aparece revestida de una dignidad y de una grandeza que nada en la tierra supera». (Med. II, p. 325-326).

5— No sólo es una barbaridad, sino también una herejía, afirmar que «para nosotros, el sacerdocio es una circunstancia, un accidente, porque la vocación de sacerdotes y laicos es la misma» (pues según la Iglesia los laicos de la Prelatura son cooperadores orgánicos suyos que no se distinguen en nada de los demás laicos)

6—Todo lo anterior se traduce en la práctica en que los laicos del Opus Dei se ordenan sin vocación sacerdotal.

Ahora oigamos a la Iglesia:

Por institución divina, entre los fieles hay en la Iglesia ministros sagrados, que en el derecho se denominan también clérigos; los demás se llaman laicos. (Código de Derecho Canónico, C. 207-1).

De lo que se concluye:

1—Que es Dios quien instituye el estado sacerdotal.

2—Por lo que se distingue esencialmente del laical, y no accidentalmente como afirma el Fundador del Opus Dei.

3—Por ello, es falso que sea igual la vocación de los laicos que la de los sacerdotes.

4—Que para alcanzar ese estado sacerdotal Dios tiene que conceder una vocación a cada hombre, o lo que es lo mismo, la llamada al sacerdocio la hace directamente Dios a cada persona.

5—Si alguien se atribuye la facultad divina de llamar al sacerdocio a quien no ha recibido esa vocación, comete un pecado de soberbia (por ponerse en el lugar de Dios al apropiarse una facultad divina) y daña a las almas (por llevarlas a un estado al que no han sido llamadas).

2—¿Qué Es Esa Divina Y Maravillosa Vocación Al Opus Dei Que Lleva A Rebajar Y Desvirtuar La Sacerdotal?

Para contestarla escuchemos lo que la Iglesia dice sobre la vocación al Opus Dei:

Con el fin de promover una conveniente distribución de los presbíteros o de llevar a cabo peculiares obras pastorales o misionales en favor de varias regiones o diversos grupos sociales, la Sede Apostólica, oídas las Conferencias Episcopales interesadas, puede erigir prelaturas personales que consten de presbíteros y diáconos del clero secular (Ibíd., C. 294).

Mediante acuerdos establecidos con la prelatura, los laicos pueden dedicarse a las obras apostólicas de la prelatura personal; pero han de determinarse adecuadamente en los estatutos el modo de cooperación orgánica y los principales deberes y derechos anejos a ella. (Ibíd., C. 296)

Los laicos incorporados a la Prelatura [del Opus Dei] no modifican su propia condición personal, teológica o canónica, de comunes fieles laicos, Y como tales se comportan en toda su actuación y, concretamente, en su apostolado. (Apartado II-B, de la Declaración de la Sagrada Congregación de Obispos sobre la erección de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, 23 agosto 1982).

Por lo anterior, según la Iglesia, la “vocación” de laico al Opus Dei es la de un simple cooperador suyo (ya que la Prelatura sólo consta de sacerdotes). Lo que significa que no existe diferencia esencial, sino accidental (según la cantidad y calidad de su cooperación), entre los laicos de la Obra con los que cooperan con otras instituciones eclesiales (por ejemplo, quien ayuda en la catequesis parroquial).

En consecuencia, la vocación del laico al Opus Dei es inexistente, es la de un simple cooperador en una institución de sacerdotes de la Iglesia.

3—¿Cuál Es La Vocación De Los Sacerdotes Del Opus Dei?

Según las disposiciones del derecho general y del derecho propio de la Prelatura, los clérigos incardinados a ésta pertenecen al clero secular, a todos los efectos. (Ibíd., Apartado II-A).

Pues, y siguiendo lo que la Iglesia dicta, la “vocación” al Opus Dei de sus clérigos es la misma que la de los sacerdotes que se ordenan en cualquier diócesis territorial del mundo, por ejemplo la de Sevilla o Los Ángeles o Buenos Aires.

La Iglesia, como es lógico, sólo reconoce en los clérigos del Opus Dei la vocación sacerdotal, siendo para ella accidental que ejerzan su ministerio en esa Prelatura o en la diócesis de Santander o de Lima; lo que se ve muy claro cuando los sacerdotes abandonan la Obra:

Un clérigo incardinado en la Prelatura, según la norma n. 36, no puede abandonarla hasta que encuentre un obispo que le reciba en su propia diócesis. Aunque si se saliera sin encontrarse un obispo, no podría ejercer sus Órdenes entretanto, hasta que la Santa Sede provea de otra manera. (Artículo 35 de los Estatutos del Opus Dei).

¿Qué cambia en esos sacerdotes cuando dejan el Opus Dei?

Nada, excepto el obispo de quien dependen y por tanto el lugar en donde ejercen su ministerio.

Nadie se ordena diciendo que tiene vocación para la diócesis de Madrid-Alcalá, sino que lo hace porque la tiene al sacerdocio, siéndole absolutamente secundario que se le incardine en esa jurisdicción o en otra (a efectos vocacionales). Lo mismo ocurre con los sacerdotes de la Prelatura del Opus Dei, para quienes su vocación es la sacerdotal por pertenecer al clero secular, a todos los efectos, por lo que su vocación a la Obra es como la de cualquier otro sacerdote secular del mundo hacia su diócesis: la situación administrativa de estar incardinados en un lugar (que en los de la Prelatura es en el Opus Dei y en los diocesanos de Córdoba, Alicante, San Francisco, etc., lo es en sus respectivas diócesis).

Resumiendo lo visto hasta ahora sobre la vocación al Opus Dei, se concluye que no existe tal vocación para el laico, y tampoco para el sacerdote.

Nos podemos preguntar: ¿Por qué se tiene en el Opus Dei esa visión tan errónea sobre el estado sacerdotal, que se le pone por debajo de la inexistente vocación a la Obra?

Como veremos más adelante, la respuesta se halla en que su Fundador vivió en su persona esa forma de ver del sacerdocio, lo que después trasladó al resto de los sacerdotes del Opus Dei.

4—El Fundador Del Opus Dei No Tuvo Vocación Sacerdotal

Como los de la Obra reescriben la historia para adaptarla a sus deseos, no podemos fiarnos de las biografías oficiales que da la Prelatura de su Fundador para conocer allí las razones que le movieron a seguir la carrera sacerdotal y no otra. La versión más plausible es la que nos cuenta Miguel Fisac, numerario en los primeros tiempos del Opus Dei, que acompañó durante años a su Fundador (que a pesar de ser alguien clave en la Obra, sólo porque la dejó, su nombre ha sido borrado de la historia oficial del Opus Dei). Miguel relata:

Su padre [del Fundador] pasó a ser un simple dependiente de comercio en Logroño, en donde él [el Fundador] estudió el bachillerato en el Instituto Nacional. Después, fue al Seminario Diocesano de Zaragoza, en donde creo que tenía un tío canónigo. A Mons. Escrivá le he oído decir que su vocación sacerdotal se la debía a su padre. Supongo que porque, debido a la situación económica en que había quedado la familia, no le podían pagar el cursar una carrera universitaria. (Entrevista a Miguel Fisac, ODAN)

Todo es congruente. El padre del Fundador ganaba poco dinero, eran cinco de familia (tres hijos, su mujer y él), por lo que no le podía pagar a Josemaría la carrera universitaria que éste deseaba (posiblemente la de Derecho). Por otra parte el seminario era gratuito, tenía influencias para que le admitieran, y allí le envió.

De todas formas es poco importante conocer las circunstancias reales que llevaron a san Josemaría a hacerse sacerdote; es indiferente saber si fueron las anteriormente expuestas u otras, ya que los biógrafos oficiales del Opus Dei nos han dejado, por escrito, palabras del Fundador del Opus Dei en las que manifiesta, sin lugar a dudas, que él se hizo sacerdote por una razón muy distinta a la vocación sacerdotal. (Los subrayados son míos.)

¿Por qué me hice sacerdote?, decía en un aniversario de su ordenación.: Porque creí que así sería más fácil cumplir una voluntad de Dios, que no conocía. Desde unos ocho años antes de mi ordenación la barruntaba, pero no sabía qué era, y no lo supe hasta 1928. Por eso me hice sacerdote. (Tertulia, 28-III-1973, Meditaciones IV, pág. 279).

Está claro que Josemaría Escrivá reconoce en ese testimonio que nunca descubrió una llamada directa para el sacerdocio. No se hizo sacerdote por verlo como un fin en sí mismo, fruto de una vocación especifica de Dios, sino como un medio (un instrumento) para alcanzar otra cosa: me hice sacerdote porque creí que así sería más fácil cumplir una voluntad de Dios, que no conocía. Es decir, para él lo importante no era el sacerdocio, sino lo desconocido que barruntaba. Sí él hubiera visto entonces que para su Fundación le convenía más licenciarse en Medicina, se habría hecho médico en vez de sacerdote, y después habría dicho: me hice médico porque creí que así sería más fácil cumplir una voluntad de Dios, que no conocía.

Y al entender que ser sacerdote sin vocación es un medio para la otra vocación que barruntaba (la del Opus Dei), está poniendo esta última por encima de aquella.

No hay mayor vocación que la sacerdotal porque está instituida por el mismo Cristo (y se materializa con un sacramento, el del orden). A pesar de ello, para el Fundador del Opus Dei era mucho mayor la vocación a la Obra que la sacerdotal.

Y eso mismo es lo que el Fundador aplica luego a los laicos de su Obra cuando les pide que se hagan sacerdotes Como vimos anteriormente, tampoco busca en ellos que tengan vocación sacerdotal sino que sean útiles a lo que los directores quieren para su Opus Dei (instrumentaliza el estado sacerdotal supeditándolo a otros fines); lo mismo que sí les pidiera, por ejemplo, que cambien su profesión de abogado, informático o cualquier otra, por la de profesor de urbanismo en un colegio de la Obra; ya que, según palabras del Fundador que conviene no olvidar: en el Opus Dei somos todos iguales* para nosotros, el sacerdocio es una circunstancia, un accidente, porque la vocación de sacerdotes y laicos es la misma.** (* Meditaciones V, p. 483. ** Ibíd., p. 479).

5—Resumen y conclusiones

1—Según sus propias palabras, Josemaría Escrivá de Balaguer no vislumbró su vocación específica al sacerdocio.

2—Por lo que tuvo que recibir el sacramento del orden sacerdotal sin vocación.

3—Lo que le llevó a considerar como accidental ser sacerdote en el Opus Dei.

4—Por lo que puso la vocación al Opus Dei por encima de la instituida por Cristo con el sacramento del orden sacerdotal.

5—Y eso lo trasladó a los demás sacerdotes de la Obra; a quienes les pide que se ordenen, sin vocación sacerdotal, para así ser meros instrumentos útiles a lo que los directores quieren de ellos.

Recordemos que la vocación al Opus Dei —según los documentos de la Iglesia estudiados más arriba— no es una vocación como tal, puesto que no supone un cambio del estado eclesiástico, sino tan sólo la situación administrativa de incardinación de los clérigos en esa Prelatura, o el de la cooperación orgánica de los laicos con esos sacerdotes.

El Opus Dei pervierte una vez más de la doctrina de la Iglesia, esta vez en algo tan importante como el sacerdocio…

¿Hasta cuándo seguirá el Vaticano mirando para otro sitio?

FIN

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10 Responses to Sacerdotes Sin Vocación

  1. bsiviglia dice:

    ¿Hasta cuándo seguirá el Vaticano mirando para otro otro sitio? Simple. El vaticano mirerà para otro otro sitio hasta quando el opus dei asegurerà poder politico y aportacion economica ( Banco Ambrosiano ecc). Perdona que no escribo bien en espanol

  2. Mark Twain dice:

    Querido Iván,

    Me admira tu profundidad de pensamiento y la capacidad de síntesis que tienes.

    Este libro certifica algo que hace tiempo intuía sobre los sacerdotes de la Obra y que en él queda claramente demostrado.

    Estoy de acuerdo con bsiviglia en que si el Vaticano no interviene tras todas las verdades mostradas sobre lo que es el Opus Dei en realidad, no es por ignorancia sino porque le interesa mantenerlo por otras razones diferentes a las espirituales.

    Gracias por volver a escribir en el blog.

  3. bsiviglia dice:

    Querido Ivan y querido Mark Twain, me ha venido a la cabeza esto: en Italia hay politicos opusdeistas de derecha (es Dell’ Utri) y politicos de isquierda (e Paola Binetti). En cada caso, si gana la derecha y si gana la isquierda, luego siempre el vaticano puede estar seguro que el gobierno no va a poner nada que no sea agradecido al vaticano. Estoy de acuerdo con Mark Twain en que Ivan es un hombre muy valioso (se dice asì? no sè). Besos a todos

  4. José Luis de Micheo dice:

    Buenas noches:

    Lamento estar en desacuerdo con este artículo. También me permito una boutade: por lo que a mí respecta, san José María Escrivá no es una persona cuya obra (en minúscula), como cristianito que soy, me conmueva especialmente. Vaya esto por delante.

    Pero eso no es razón para que se interpreten de esta manera sus palabras. Se hizo sacerdote porque -no otra cosa dice, en definitiva- así cumplía la voluntad de Dios. Dice el autor que si hubiera sentido que la voluntad de Dios era que se licenciara en Medicina, lo habría hecho. Claro. Pero yo no veo nada malo en esto. Todo lo contrario. De ver algo, es un ejemplo de fe. Escrivá sentía que dios le llamaba a algo, y que para ese algo era necesario que se ordenara. Tampoco María sabía muy bien qué le pedía Dios, y se limitó a abedecer Su voluntad. Eso no es anteponer una vocación a otra, entre otras cosas porque malamente se puede anteponer una cosa a otra que no existe todavía. Y cuando Escrivá se ordenó, el Opus Dei no existía. ¿A qué se antepuso, pues, la ordenación de Escrivá? ¿Cómo que no tenía vocación sacerdotal, si tenía la vocación de servir a la Iglesia allí donde la Iglesia le necesitaba, y le necesitaba como sacerdote? Perdonen, pero lo que se afirma es insostenible si se usa la mínima lógica. Y más insostenible si se acude a testimonios en nada fiables, como el del señor Albiac, que junca ha ocultado su animadversión al Opus Dei. Sinceramente, si alguien está interesado en las razones por las que desde la cúpula de la Prelatura se propone la ordenación de determinados miembros del Opus Dei, yo preguntaría al Opus Dei, y no a un enemigo declarado.

    Y en cuanto a la pregunta de si Escrivá hubiera sido canonizado de saberse esto, me permito preguntarme: de saberse ¿qué? ¿Qué Escrivá sintió que su vocación estaba dentro de la Iglesia como ministro de Dios, y se ordenó? ¿Que él consideraba que la vocación es igual en un sacerdote que en un laico? Pues eso mismo me dijo una vez un jesuita compañero del Padre Ellacuría en San Salvador: «tú y yo tenemos la misma vocación. Un cura es un cristiano consagrado, pero mi compromiso no es distinto que el tuyo, ni mi obligación». ¿Entonces? Si es que es así. Crisyo elige a doce «de entre los suyos». No elige a doce chamanes, ni a doce magos. Ni a doce ángeles. ¿Dónde está el problema? Creo que en su interpretación. Porque no descubro ningún error teológico. De la misma manera que no hallo nada sensacional en estos documentos que ustedes llaman «papeles secretos del Opus Dei». En todo caso, serán privados, que es muy distinto. Porque no constituyen arcano alguno. Todo eso lo sé dedsde que pisé por primera vez un centro del Opus Dei, y les aseguro que soy la quinta rueda de ese coche.

    Por otra parte, efectivamente, el sacerdocio es un sacramento instituido por la Iglesia católica, con el fin de proveer de ministros -delegados, por así decirlo, en una malísima traducción de su étimo latino- a la Iglesia. La diferencia entre un numerario o un agregado de la Obra y un sacerdote (en lo que se refiere a su vida cristiana) es mínima, por lo que es perfectamente lícito, y está perfectamente autorizado por la Iglesia, que el Prelado proponga ordenar sacerdotes entre aquellas personas que han hecho de su vida un servicio a la Iglesia. Creo que es en este punto donde no ajusta muy bien el contenido del artículo: la voluntad de un numerario o de un agregado es servir a la Iglesia donde la Iglesia necesite que la sirvan. Y ahí radica su vocación. Un cura no es nada especial, como se sostiene en el artículo, sino un servidor, como lo fue Nuestro Señor, a quien representan. No hay anteposición alguna, porque, primero, no se ordenan si no quieren; y, segundo, la vocación sacerdotal está imbricada en el compromiso que supone ser numerario o agregado de la Obra. Ni está por encima, ni está por debajo: son ámbitos distintos, en mi opinión.

    Termino. La Obra es parte de la Iglesia. La fidelidad a la Santa Sede es absoluta. Si realmente ustedes piensan que la actuación del Vaticano, en éste, o en otros terrenos, está movida por intereses distintos al espiritual, creo que la falta de entendimiento estriba o en que la propia Iglesia no se sabe explicar, o en que ustedes no saben entenderlo. Desde luego, no en el Opus Dei. Es extraña tanta cita del Evangelio y tanto esfuerzo, a la vez, para oscurecer, a partir de esas mismas citas, lo que es diáfano: Dios llama, y es de nuestra incumbencia obedecer.

    Y Dios dirá.

    Muchas gracias, de nuevo, por su generosa acogida.

    José Luis de Micheo

  5. Ana García dice:

    José Luis, por lo que le comento en otro sitio, no me extraña que esté en desacuerdo con este artículo ya que parece estar muy poco enterado de lo que se cuece dentro del Opus Dei (lógico por otra parte, ya que los supernumerarios, como usted, no viven en centros de la Obra sino con sus cónyuges e hijos, por lo tanto les es imposible conocer las intimidades del grupo).

    Sin embargo es algo meridianamente cierto para personas como yo que si que hemos vivido un año y otro y el siguiente en un centro y en otro del Opus Dei, por lo que conocemos el meollo de los tejemanejes de secretismo y manipulación que se da en el Opus Dei.

    Por mucho que quiera defenderlo usted, el fundador del opus nunca dijo sentir la vocación al sacerdocio, por lo que todo cuanto se dice en este artículo es congruente.

  6. Emevecita dice:

    José Luis, para no importarte el opus mareas muy bien las cosas. Quien cree en la Iglesia cree en los dogmas de la iglesia, que son más bien pocos. No tiene por qué cerrarse (sobretodo sin saber mucho del asunto) en que las instituciones de la iglesia gozan de infalibilidad, porque en principio es mentira.
    Han habido muchas instituciones de la iglesia que han desaparecido porque la iglesia las ha eliminado cuando se dio cuenta de que hacían mal las cosas. Es sólo cuestión de tiempo. Deja que Dios actúe.

  7. Mark Twain dice:

    José Luis, si como usted dice: La diferencia entre un numerario o un agregado de la Obra y un sacerdote (en lo que se refiere a su vida cristiana) es mínima, por lo que es perfectamente lícito, y está perfectamente autorizado por la Iglesia, que el Prelado proponga ordenar sacerdotes entre aquellas personas que han hecho de su vida un servicio a la Iglesia., esto supone que ser sacerdote es algo simplemente utilitario para el servicio de la Iglesia, y que por tanto es superflua cualquier tipo de vocación sacerdotal, entonces, ¿por qué no dejan entrar a nadie en el Opus Dei cuando vislumbran en él una vocación al sacerdocio?

    Si la vocación sacerdotal fuera de servicio a la Iglesia como la del numerario o agregado, entonces no habría ningún problema en admitir en la Obra a cualquiera sin necesidad de discernir en él una posible vocación sacerdotal.

    Dicho de otra manera, el hecho mismo de que la Obra impida que entren en sus filas todos aquellos en los que sus directores ven vocación para el sacerdocio implica que LA VOCACIÓN SACERDOTAL Y LA DE NUMERARIO O AGREGADO SON REALIDADES CUALITATIVAMENTE DISTINTAS.

    Si ustedes dicen que hay una vocación divina (llamada directa de Dios) para ser un laico cooperador con el Opus Dei (numerario, agregado o supernumerario), que habidas cuentas no es más que la de un laico como los demás; entonces debe haberla también, e infinitamente superior, para un cambio tan importante como es el de pasar de seglar a sacerdote (no olvidemos que el sacramento del orden imprime carácter, esto es, una marca indeleble en el alma de quien lo recibe, cosa que no ocurre con ningún laico, coopere con el Opus Dei o no)

    Resumiendo, una cosa es sentirse inclinado a ser numerario o agregado del Opus Dei y otra, a años luz de ella, la de verse llamado al sacerdocio.

    Y si el prelado de la Obra dispone que numerarios y agregados se han de ordenar sacerdotes tan sólo porque están dispuestos a serlo desde el momento en que se hicieron del Opus Dei, sin vocación clerical, esto significa que los sacerdotes de la Obra carecen de la llamada divina individual, interior y específica para el sacerdocio (no es Dios quien les llama directamente a este estado sino el prelado del Opus Dei, quien por ello se pone en el sitio de Dios).

    Miremoslo por donde lo miremos llegamos a la misma conclusión: los sacerdotes del Opus Dei lo son sin vocación.

    ¡Es algo tan claro!

    Un saludo

  8. M.B.A dice:

    El ser humano siempre elige… y se obedece a si mismo, si este no se obedece a si mismo actua sin sentido… las personas que no tienen control de si mismos ni hacen lo realmente desean, ni son capaces de obedecer a su conciencia. Son como carros fuera de control, si no como animales.

    El sentir que uno hace lo que quiere (y lo que debe) es la unica forma en que el ser humano actue con sentido… de otra manera… el ser humano es o un animal si no, una maquina.

    Me pregunto como será una persona que como los del Opus Dei, tiene que no solo tener las cualidades necesarias para ser invitados a la orden si no ser alguien que obedece a su lógica… si no animales, quasi robots.

    Solo se que nada se… solo se que no he senado.

    Buenas tardes.

  9. Luz Ángela dice:

    Bueno, los últimos comentarios son de mayo… Espero poder conectarme con alguien y empezar a contar mi historia…
    Por ahora, otras historias: conozco, de primera mano, a varios sacerdotes de la Obra (de la sociedad sacerdotal y de la Santa Cruz) cuyas vidas dejan mucho que desear… con hijos incluidos, con mujer antes de ordenarse y continuar con ella despues de ordenado, aprovecharse del confesionario para… lo que ya sabemos con las chicas que yo misma les llevaba, y cuando digo de primera mano, no es que me contaron, es que lo he vivido en mi diócesis, cuyo seminario «diocesano», ha tenido como rectores siempre a sacerdotes de la obra, por lo tanto, quien se ordene tiene que ser para la sociedad…
    Quisiera hablar con Iván, sus escritos son serios, bien argumentados, con reflexiones que no se pueden contraargumentar como le pasó a José Luis de M. Ninguno de sus razonamientos fue suficiente par invalidar el escrito de Iván.
    Me sigo preguntando: ¿Cómo pueden vivir una doble vida y hablar de santidad?
    Iván, puedes contactarme?

  10. Estimada Luz Ángela:
    Ante todo, puedes contactar conmigo escribiendo a la dirección que aparece en varias partes del Blog: exopus@terra.es
    Me creo lo que nos cuentas sobre los sacerdotes diocesanos asociados al Opus Dei (de la sociedad sacerdotal de la Santa Cruz) y que dependen en su disciplina de obispos ajenos a la Obra, pero lo que caracteriza al Opus Dei es precisamente lo opuesto: la represión brutal de la sexualidad, con persecución y castigo de cualquiera de sus manifestaciones.
    Así, por ejemplo, el Fundador dejó por escrito, e hizo cumplir hasta la neurosis, que prefería que una hija suya muriera sin los últimos sacramentos antes de que un sacerdote fuera a los centros de mujeres sin necesidad; o también como se castiga con la suspensión ad divinis (privar de toda función sacerdotal) al cura que confesara a una mujer fuera de un confesionario.
    Como dije, esos sacerdotes de los que nos hablas son regulados disciplinarmente por los obispos de sus diócesis, por lo que puede ocurrir que esos obispos tengan manga ancha con los pecados de sus sacerdotes, y que la Obra no se inmiscuya en el asunto.
    No obstante, espero más noticias tuyas sobre el tema.

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